Innovación arqueológica devela más información sobre la zona de La Quemada

Al teclazo

La Quemada estaría por develar uno más de sus secretos, por la investigación que realizaron especialistas del INAH Zacatecas y la UNAM. Este sitio arqueológico es uno de los asentamientos de mayores dimensiones localizado en el Valle de Malpaso, estando todos conectados mediante calzadas.

Carlos Torreblanca Padilla, investigador del Centro Instituto Nacional de Antropología e Historia y coordinador del sitio arqueológico, señaló que con los descubrimientos que se han hecho en la zona mediante técnicas como el carbono 14 o la hidratación de obsidiana, se ha podido determinar que esta zona comenzó a poblarse alrededor del año 400 después de Cristo.

Este sitio está compuesto por varias estructuras distribuidas por la ladera y la parte alta del Cerro de los Edificios, donde se construyeron grandes terrazas de nivelación albergando varios recintos como El Cuartel, La Plaza de los Sacrificios y la Ciudadela, rodeada esta última por una muralla.

En un comunicado emitido por el instituto el 3 de mayo, el arqueólogo, afirmó que se ha especulado mucho sobre la ocupación que tuvo esta zona arqueológica, desde que era el mítico Chicomoztoc, ciudad desde la que habían peregrinado los aztecas o mexicas, hasta que fue ocupada por tarascos, hasta considerarla capital de los chalchihuites o fortaleza tolteca, sin que estas teorías hayan sido confirmadas, sobre todo sobre los aztecas, por la disparidad en los tiempos.

Lo último que han descubierto el INAH y la UNAM, a través del Servicio Arqueomagnético Nacional, es que el lugar sufrió un incendio, entre los años 854 y 968 d. C. que pudo haber empezado a motivar el abandono de la ciudad, según refirió el investigador, Torreblanca.
“Esto nos hace inferir un proceso gradual de abandono de La Quemada o Tuitlán (Lugar de dioses), de manera que se comenzó a desocupar la cima del Cerro de los Edificios, para sólo poblar la parte baja. Sin embargo, hacia 1018 y 1163 d.C., decidieron clausurar esta sección, donde se encuentra el Salón de las Columnas, ocasionando otro incendio de proporciones considerables, dando lugar al abandono definitivo del sitio”.

El investigador formuló esta hipótesis mediante el análisis de varios fragmentos carbonizados localizados mediante excavaciones realizadas en 2017, frente al Salón de las Columnas y posteriores realizadas en las zonas de la Plaza de los Sacrificios, y un pasillo en la cima del cerro.

Estos vestigios fueron posteriormente entregados para su estudio al doctor Avto Gogichaishvili, del Servicio Arqueomagnético Nacional del Instituto de Geofísica de la UNAM, quien es uno de los impulsores precisamente de esta técnica que sirve para la datación, que se realiza mediante la detección de ciertos componentes en los materiales arqueológicos que son capaces de registrar las variaciones espacio-temporales en el campo magnético terrestre, aunque para su utilización se requiere que el sitio haya sido sometido a calentamientos moderados.

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