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Mostrando entradas de julio, 2014

¿Acaso alguien responde?

Desde el escritorio de Usher Vuelve octubre, pero tú no vuelves. ¿No sé qué estoy esperando?, doy vueltas por toda la sala, paso entre las ventanas reflejando mi sombra en el piso de la estancia… ¡Maldita sea, ya no escucho tus pasos!, ¡esa voz que tanto alivio me daba! ¿Dónde estás? Sigo dando vueltas por la estancia, no te escucho. Sigo atendiendo el tiempo en el enorme reloj… tic… tac… tic… tac… Esta desesperación por tu ausencia está causando que alucine contigo, tu perfume, tu cara, tu cuello, tus ojos, tus labios… ¿Por qué has muerto? Todos los días reclamo, cuestiono, interpelo el por qué te arrancaron de mi lado y sólo escucho el triste silbido del viento entrando por las ventanas, entrando y saliendo. Entre los árboles, moviendo sus ramas. Entrando en mi oído, diciendo: “la perdiste”. Vuelve el día y como siempre, estoy tirado en la otomana, mirando el infinito en el techo donde con sangre, mi sangre, he escrito tu nombre. Marina