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Crónica de una vieja ciudad

Desde el escritorio de Usher Te despiertas, pero no es hora de levantarte así que sigues en la cama y piensas en el trabajo, en tu familia, en la situación a tu alrededor. Transcurren los cinco minutitos más que le dijiste al despertador y te levantas de la cama. Te vistes, a veces al azar, a veces escoges cuidadosamente cada detalle de tu vestuario, otras tantas reniegas de eso. Subes como todos los días al transporte público, la ruta de siempre, las mismas escalas. “Sígale pasando que atrás hay lugar”, “bajan en la esquina, ahorita te pago”, “te cobras uno, bajo en la siguiente parada”, “por favor los que faltan de pasaje”, “¡bajan, té dije que bajaba en la esquina!, “¡no llevas animales!”. Un “súbase, siéntese y cállese”, “los niños mayores de tres años también pagan pasaje”, “no tire basura no sea…”, “no haga corajes, haga dieta”, son los comunicados que parecen explicar todo el funcionamiento en una unidad que parece tener más años que el chofer y el cacharpo que vien...

Tratado para un secreto

Desde el escritorio de Usher Tendremos que esconderlo todo, tendremos que escondernos. Ante los demás seremos unos desconocidos, unos enemigos, nada hay entre nosotros. Ódiame, muéstrame desprecio. Si cuento un chiste no te rías, muestra disgusto y yo entenderé; entre más disgusto muestres imaginaré más grande tu risa y tu sonrisa hacia mí. No me muestres cariño, una cachetada tuya será para los demás una muestra de que no te agrado ni tantito, pero entenderé que buscas mostrarme con lo fino de tu mano cuanto me amas. Eso será cuando los demás nos interrumpan con su presencia, nos molesten con su compañía, nos agobien con su cercanía, pero... En cuanto estemos solos mi mano recorrerá tu piel con delicadeza, tus labios mi espalda con deseo, mi boca tus radiantes labios rojos. Nos amaremos hasta que el cosmos de la envidia de los demás forme un millón de estrellas, un millón de lunas. Hasta que la eternidad sea la costumbre para nosotros, ese será... Nuestro Tratado...

Aviso, se busca

Desde el escritorio de Usher ¿ Existes? ¡Por supuesto que no existes!, eres sólo un sueño de esta mente sin sentido mía que te observa desde un punto. Desde un plano que no parece ser este.  El problema aquí entonces es, ¿cómo es que existes?.. Bailas, juegas, me sonríes, te preocupas, te entristeces y jugamos al deseo, al sexo, al pudor de tomar tu cuerpo entre mis manos, recorrer tu piel de ángel, de muñeca de porcelana, blanca, pálida, pero llena de fuego; de besar tus labios delicados y rojos como la sangre. Sentir como tu mirada de un azul profundo me cuestiona y se llena de furia cuando te enojas o alegría cuando jugamos a fortalecer esa conexión perfecta que tenemos, cuando sabemos todo lo que siente el uno del otro, todo sin expresarnos la más mínima palabra. Los te amo, las cursilerías y demás cosas ñoñas de novios sosos nos sobran. Amo que seas tan delicada de figura como una muñeca de porcelana, pero con una actitud aguerrida e independiente... ¿Estaré...

No te enamores de mí…

Desde el escritorio de Usher Yo no sirvo para esas cosas. Como gente y escupo sus sueños. Pierdo el tiempo comiendo carne humana y pateando animales con ternura. Pienso en lo eterno de los ojos y quiero devorarlos. Después de todo. ¿De qué te sirve alguien que no ha leído el horóscopo de hoy? ¿De qué te sirve alguien que solo ve la manera de beber sangre? ¿De qué te sirve alguien que patea perros? No necesitas a alguien como yo. Necesitas, tal vez, alguien con la cordura suficiente para saltar al vacío sin vacilar. Y yo… yo lo pensaría dos veces antes de arrojar a alguien. Pero no te preocupes… A veces soy tan dulce como el cianuro o la cicuta. A veces considero mi dieta y pongo  lechuga junto a la cabeza cercenada A veces bebo dos litros de sangre al día para mantener la figura. Yo sólo soy uno más y tú, esa otra chica que no es… Algunas veces sólo soy algo en el camino, ya se te pasará. Tú sólo sigue de frente y admira el paisa...

¿Cómo se hacen las nubes?

Desde el escritorio de Usher Tonatiuh estaba sentado ya a la mesa mientras su madre Tonantzin preparaba la mesa y servía la comida. El niño miraba hacia la ventana y admiraba el paisaje cuando preguntó: -Madre ¿cómo se hacen las nubes?- La madre terminó de servir la mesa para su hijo y ella, se sentó a la mesa y mirando hacia la ventana le dijo: -Muy temprano, antes de que se despierte el sol, antes de que se despierten los gallos, antes de que se despierte la gente que trabajará en el campo, se levanta una gran señora, alta, muy alta, se sienta sobre el Popocatépetl, se acomoda su telar de cintura y con un hilo blanco y suave, muy suave comienza a tejer las nubes-.

Abre a:

Desde el escritorio de Usher Buenas noches Saint Louis… Se prende el foco de la lámpara de mesa como una alarma en el cuarto de Jake y Addry. Él -que duerme en el sillón- se acomoda en la cama al lado de ella, la abraza y hace como que está dormido. Cinco minutos después entra en la habitación una pequeña niña pelirroja de unos cinco años. -¡Papi, mami, ya es el día, ya es el día!- La pequeña niña salta a la cama emocionada, sus padres comienzan la rutina de despertarse. -Vamos a arreglarnos para este día princesa y dejemos que papi lo haga- Addry toma a la niña en brazos y la lleva a su cuarto para vestirla y peinarla. Jake también se viste y se arregla; se sabe el guión de memoria para este día, ir al parque con su hija y Addry, fingir que son la pareja ideal, tomarse de la mano (20 dólares), darse un beso tierno (15 dólares cada uno), abrazarla por la cintura (35 dólares), beso apasionado frente a la familia (70 dólares). Toca Addry  a la puerta de su cuarto:...

Calavera

Desde el escritorio de Usher Buenos y santos días señora muerte, buenos y todo lo santo que pueden ser en su presencia, siempre la misma suerte, siempre la misma insolencia. Uno tan quieto y santo en el lecho, soñando con la eternidad, sueña que sueña con las estrellas de techo, y usted insolente sumida en la vaguedad. Deme su beso señora muerte. Deme lo santo de la vela y el incienso. Siempre brilla usted con suerte, y uno reblandece tieso. Mezcla de cempasúchil y alimento, pa’ que cuando retache me sienta vivo, olvide el frío de la tierra y el cemento, y que me evite el olvido. Siempre tan refunfuñona, flaca, llévame con música y pulque no sea rejega señora calaca ande, ande, baile y baile, chupe y chupe. Ya no hay de otra, ya al panteón.  Sea aste flojo o trabajador. Gordo o flaco pa’l panteón, seriecito o hablador. Que el sepulcro no respeta, a quien en él se meta. ...